esos eran los dias en que más fácil le salían las cosas. las lágrimas. la superficialidad discontinua. lloraba por nada, y eso la asustaba, la asustaba bastante. porque ella no era de llorar muy seguido. cuando le agarraban esos días solo quería quedarse sola abrazada a su libro y pensar en nuevo y mejor. pensar que ya nadie llegaría para quitarle nada. ni su vida, ni su amor.
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