2008/04/11

Jorge Castillo

Porque de todas las cosas efímeras, la más eterna es estar en tu corazón. Por eso te escribo mientras bailo la canción que me enseñó tu triste risa, tu llanto más alegre, la música más larga de tu voz. Porque tu voz va más allá de los planetas y de las estrellas todas, como la oscuridad más silenciosa que todo lo cubre con su amor. Siempre ignoro entonces los aullidos del mundo para poder escucharte, y sueño plácidamente cuando te veo en la ebriedad de una flor. Y te esparces como un canto alegre de enormes alas, y yo visto una camisa blanca para reflejar el sol. Todos los días me pongo un rostro para que tú me encuentres, perfumo mi aliento de nostalgia para que tú me consueles, y tus besos me levantan como una orgánica estrella en tus grandes cielos de sal, y tú siempre me llevas como un cometa verduzco por las corrientes más claras de tu azar.

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