2008/12/17
wave off
La forma en que preferimos mirarnos no fue siempre la más adecuada. Hay silencios aplazables no fungibles que nos separan un poco. Te miro en la oscuridad que te destiñe. No me acuerdo si me hablaste en el momento en que resvalábamos juntos, porque acá nada tiene más importancia que tu nombre y este verte seguido por simples ganas. En verdad todo sigue en su lugar, vos estás donde debías estar y yo te sigo de cerca, con mi gesto de humillación tan conocido y la cabeza en tu hombro, como lo planeaste desde un principio. Hoy te encuentro diferente, pero estoy tan habituada a tu nombre que todo es igual. No hay curva mejor que la tuya, no hay límite mejor marcado que el de tu boca. Por eso, porque reconozco cada gesto y palabra, cada instante y pensamiento; porque nos tenemos donde siempre, y porque no pertenezco a nadie más que a vos, por eso te busco en esta oscuridad. Aquí ya nada tiene sentido, pero te busco una vez más, como consuelo gratis para mi tristeza que previene el futuro. No te vayas y dejame escucharte nombrarme, al menos de esa forma no estamos tan lejos.
2008/12/01
Hay siempre dos caminos, dos opciones, dos mundos. Uno es siempre lo que se debe y lo que hay que hacer. El otro el contrario, lo prohibido y lo imposible. No se pacta con ambos, se elige uno, con las consecuencias debidas. Yo elijo uno pero al otro lo desando inconsciente, lo elijo como meta, y me equivoco. Busco el final de uno, cuando estoy por el comienzo del contrario. Así me pasé las etapas diferentes, me equivoqué y volví al comienzo. No sé diferenciar los límites propios. Se está en uno, pensando siempre qué habrá podido ser si se tomaba la otra decisión. Lo peor de todo son las consecuencias finales, no se miden ni se esperan. Por eso, enfrentemos la dualidad posible, la dualidad eterna.
No creo que porque tomemos uno, el otro se despide. Se puede vivir entre dos mundos, aunque siempre perteneciendo más a uno, más a lo cercano, a lo divino, a lo complejo o a lo fácil. Se elije, se toma y se deja.
Así, siempre.
No creo que porque tomemos uno, el otro se despide. Se puede vivir entre dos mundos, aunque siempre perteneciendo más a uno, más a lo cercano, a lo divino, a lo complejo o a lo fácil. Se elije, se toma y se deja.
Así, siempre.
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