2010/01/31

rehab


Y ahora decime, qué me importa que pienses en otra, si yo ya te habité. Tomalo todo, no me importa. Desahogate en ella, te hace falta. Tendrías que aprender a vivir solo, sin necesitar de nadie. Porque siempre sos vos y tu inútil esperanza de sobrevivir. A la gente, al destino, a los prejuicios. Liberate un poco, caminá, aprendé lo que se siente ser traicionado. Bajá, hundite, explorate. No conocés más que tu mundo, que ese círculo vicioso que te encadena.

Hay mucho más que tu hedonía idiota.

otredad

No sé si soy el otro que me mira desde aquel lado, o si soy yo y él al mismo tiempo.
La guerra se desata adentro. Me recorre lento, como intentando ganarse espacio. Se trata de sobrevivir a la presencia del otro, de decidir si seguir o terminar con el binomio. Es la duplicidad lo que nos demora, lo que nos distancia y acerca.
Me decepciona no saber bien hasta qué punto es él, y hasta qué límite soy yo. Me aterra imaginar que no tengo identidad propia, que mi cuerpo es de él o que sus manos son las mías.
Sin embargo no me lamento tanto de esta dualidad, porque no puedo pensarme sin él. Y ese es mi miedo, mi mayor miedo.